miércoles, 22 de septiembre de 2010

De 20 me quedan 17

Uf y han sido días vertiginosos. Estuvimos trabajando intensamente los días 15, 16, 17, 19 y 20. Primero se me ocurrió poner pallets en el piso y para improvisar una cajonera que pudiera contener al menos 240 kilogramos de hielo embolsado. Clavamos, martillamos, cortamos (no teníamos serrucho... fue a puros hachazos), clavamos de nuevo... me martillé un dedo (la última falange del dedo indice de la mano izquiera), considerando que en Febrero me esguincé el dedo gordo del pie derecho y su articulación no volvió nunca a flexibilizarse, digamos que luego del martillazo ya me iban quedando 18 dedos buenos.
 
Entonces el 15 dejamos el puesto tiqui taca el único punto negro fue que me falló la empresa de impresiones gráficas por lo que tuve que cambiar de empresa rápidamente para tener los pendones para el día siguiente de la inaguración.
 
El 16 era la locura misma, especialmente porque tenía capacidad para guardar en frio solo 94 bolsas de 2kg de hielo, tenía que comprar más pero debia retirarlo al día siguiente. Además todo Santiago funcionaba medio día (o al menos casi todo), por lo que tenía que llegar justo a buscar los pendones e instalarlos. Al terminar el día tuve que conocer al Capitán Apablaza para que me dejara entrar el vehículo para llevarnos todo.
 
Para instalar el pendón grande debíamos diariamente "lanzarlo" con cuerdas al aire para subirlo al tremendo travesaño del estadio. Al principio tuve la "genial" idea de lanzar los cordeles con martillos.... lo entretenido de esto era cuando fallaba la puntería y todos arrancábamos de los martillos asesinos. El último día se me ocurrió lanzar botellas con agua.... mucho más seguro!
 
Ese día y mientras estaba en lo del hielo fueron los inspectores municipales a pedir la patente del puesto nuestro... el 35 de la Feria Artesanal. Pues bien, no estaba, no andaba muerto ni andaba de parranda. Yo solo recordaba haberlo metido junto con todo el kilo de papeles del remate. Sin la puta patente todo el negocio desaparecía...desvaneciéndose en un pantano de desolación. Por lo que dediqué horas de mi bella vida a buscarlo intensamente por EVERYWARE!!!......sin éxito. Una vez en la casa y 2 en la Oficina.... NADA.
 
Cuando volví al Estadio cansada, con hambre, sintiéndome estúpida e inútil. Me tocó ir a buscar las credenciales, mientras hacía la fila, pedí que llamaran a un inspector municipal para contarle sobre dichoso y curioso extravío. Cuando tocó mi turno de las credenciales, la funcionaria me dice "ah Rocío ...mmmm acá está la lista de sus credenciales", "y cómo se acuerda de mi nombre?" le pregunté. "Porque ese día que fue usted a firmar el contrato, encontré su patente en la puerta de la oficina, le juro que tuve la intención de llamarla para decirle...pero nunca lo hice".
 
....................................................lloré. En forma espontánea ......lloré. Apoyé la cabeza en el brazo sobre su escritorio y lloré. La señora de atrás decía palabras de consuelo.... yo.... lloraba.
 
Entre sollozos levanté la cabeza y le pregunté su nombre..... "Graciela" me dijo ... y llorando le dije "...la que trae Gracia!"  y seguí llorando del puro alivio.
 
Me prometió entregármelo al día siguiente, pero cuando a las 23 hrs de ese mismo día le fui a dejar un snowie de agradeciemiento, ella lo había ido a buscar a su casa.
 
La Gioquito mejoró mi día con su visita infaltable...gracias!!
 
Así terminó el día 16.
 
Bueno y lanzando el pendón el día 17 fue que al caer pisé mal y ZAZ! me torcí el tobillo que tuve esguinzado en Febrero de este año (mmmm Febrero otra vez... sumando el terremoto fue un pésimo mes).
 
Recapitulemos... era el día 17 y yo ya tenía 18 dedos y un solo pie bueno. Pero ni eso sirvió de escusa para convencer al Capitán Apablaza de que nos dejara entrar el furgón a las 24 hrs para irnos. La Su tuvo que llevarlo todo de a montoncitos con un carrito esquivando gente, de la cual un 30% ya estaba visiblemente afectada por la ingesta excesiva de alcohol.
 
Al finalizar el día yo necesitaba desesperadamente terapia de sueño o el divorcio sería inminente. Ella durmió en la casa de su madre y yo en la nuestra.
 
El 18 permanecimos cerrados, fue lejos el mayor daño a todos los locatarios del Estadio Nacional, ya que si bien la Fiesta Bicentenario era a las 22 hrs, nos podían haber dejado trabajar al menos hasta las 18 hrs. Yo creo que todos asumimos en primera instancia que la gente que generalmente iba el día 18 a la Feria del Estadio, se repartiría entre los días 17 y 19.... no fue así la gente que sale el 18 SALE el 18 y se fueron a otra parte a gastar el dinero que todos los demás estábamos esperando, así es como en el diario de ayer se anunciaba un incremento del 20% de asistencia a las demás fondas de la Región. Puaj!
 
El día 18 me levanté tarde, me di una merecida ducha calientita y me fui donde mi suegra al almuerzo/asado familiar.
 
En el camino de Santiago Centro a La Reina... agradecí en esta vida no haber sido vaca o chancho... Santiago entero olía a carbón de espino y carne en proceso de cocción al aire libre. Casi nadie andaba por las calles, estaba algo nublado pero la temperatura era agradable. Tuve una sensación de bienestar que impregnó mi día de alegría. Por la noche choqué con una silla y ZAZ! el anular del pie derecho se hizo mierda. 17 dedos.
 
El 19 y 20 ya casi no los recuerdo... fue vender y vender. Ninguno de los 2 días cumplí mi meta personal. El domingo hicimos 1.190/2000 y el lunes 809/1.000.
 
Nos seguimos quedando donde la mamá de la Su, recién hoy volvemos a casa después de pasar dos días sacando cuentas, sumando platas, separando platas, pagando y haciendo depósitos.
 
Ambas tenemos las manos partidas por el hielo. Más bien quemadas por el hielo. Aún me duele la espalda, los brazos y piernas...para qué decir las manos, llevo 2 días despertando con los nudillos hinchados.
 
Valió la pena? Sí, para mi valió, lo pasé bien trabajando. No me dicorcié, el dolor del tobillo ya ha ido pasando, el dedo índice al menos se dobla.
 
No nos hicimos millonarias, pero son $ que sirven de algo.
Me queda agradecer a todas las amigas que hicieron posible esto. A las que nos fueron a ver y a las que no, porque estoy segura que pensaron en nosotras y nos desearon bien.
 
No se murió ningún mapuche, no salió ningún minero, solo me queda comerme una empanadita de las que hace la mamá de la Totita para cerrar este vertigioso mes.
 
Cariños!
 
Ah! agradezco la gentileza del Cabo Lemun... un encanto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro que al final saliera todo bien...a pesar de andar lanzando martillos al aire..(que peligro tienes chica¡¡)
Muchos besos a las dos currantas¡¡¡


Española

tito dijo...

Escribes bonito, igual que varios parientes.
¿de dónde habrá salido esa vena literiaria en la familia?