miércoles, 22 de julio de 2009

de la visita de la Ceci...


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... solo puedo concluir que se cumplieron los buenos deseos de las personas que sabían lo importante que es para mi ser visitada por ella.

Tal vez así como algunos dicen que existe la telepatía como ondas microblablabla, también existe la transmisión de buenos deseos vía las mismas ondas cerebrales. Gracias!

Con esta visita me pude ver a traves de ella. La vi diciendo cosas y haciendo cosas que YO hago... y me entendí en esos aspectos (qué ego!). Cada día me maravilla más la genética.

Gracias a dios que conté con mi Su, que me hizo ver a medio camino que estaba ahogando a mi mami. Juro que intenté darle espacio y algo mejoré, uf!

Me cocinó "comidas de mamita" que no comía hace más de 10 años, qué increible cómo los olores y sabores te hacen viajar en el tiempo.

Me llenó de regalos, estufa, bidón para parafina, carpeta, lápices, colonia, inciensos, películas, bufandas, blusa, sapo tejido que hace "croag", libros, cepillo, avellanas, castañas, maní, chocolate caliente, entradas al cine, más cosas ricas para comer y tantas cosas más.

Me contó episodios de su vida, vimos fotos de "ella universitaria". Hablamos de tanta gente. Hablamos tanto y guardamos silencio acompañante también. Vimos "Lie to me".

Nos reimos. Me hizo reir y la hice reir. Me encanta saber que mi alegría y disfrute por la vida los saqué de ella.

Realmente aproveché cada minuto, como si fuera el último. El problema es que el último... no lo aproveché como debía, porque me largué a llorar como una magdalena y no pude decirle lo mucho que me gustó su visita y lo bien que lo pasé y lo feliz que me hizo. Ni que hubiese estado en su funeral!... no pude parar de llorar, sencillamente no soporté verla irse sintiendo que el tiempo con ella se me hizo agua. No hubo caso...quedé desconsolada.

Para mala pata de ella, no llovió ninguno de los días que estuvo en Santiago, y cuando estaba arriba del avión, mi hermana le cuenta que está lloviendo en Iquique. Pero al llegar allá.. ya no había lluvia y acá en Santiago se puso a llover. Pobrecita... con lo que le gusta ver la lluvia.

Y cuando por fin se pasó la pena de mi corazón, me acordé que no me saqué fotos con ella. A la salida del cine sacamos fotos a la TorrEntel con su celular.


Al menos cuando las veo, sé que ella estaba a mi lado.
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2 comentarios:

Essence dijo...

Es como un nudo que se te hace cuando uno se emociona y se hace imposible decir, Te quiero mamá, pero estoy segura que entr esas sonrisas que compartieron ella ahi supo las palabras que no pudiste decir.

No hay nada como el amor de mama, sobre todo cuando voy a visitarla y me hace esas "comidas de mama", eso es irremplazable.

Saludos! (:

Anónimo dijo...

Así me gusta ¡¡¡ hij@s agradecid@s a sus madres..
como madre os digo que no hacen falta palabras para esa comunicación..(será telepatía¿¿)

Araceli