lunes, 18 de junio de 2007

de viaje a Valparaiso

Me gusta mucho Valparaiso.

Este fin de semana fui, visité a una ex compañera de colegio, la Andrea. Y la verdad es que fue un fin de semana muy pero muy conversado. Seguramente que solo descanzó mi lengua cuando dormí.

Conversamos de todo.

Ella es de esas personas con las que me siento tranquila, física, espacial y afectivamente. Le puedo hablar de lo que sea, porque no emite juicios. Puedo confiar en ella y puedo distanciarme cuanto quiera, sin que eso afecte en lo absoluto la relación.

Me rio mucho y disfruto mucho, de la forma y la manera como cuenta las cosas.

Llegamos el mismo día al Liceo, en 8vo Básico. Yo venia de un colegio donde sufria mucho, el entorno me hacia sentir tonta y fea, era asqueroso. No sé si mi mami lo notó o yo lo pedí (dudo mucho lo último, ya que yo no "pedía cosas", nunca; con cuea al viejo pascuero le pedía lápices), y me cambió.


Entonces el primer día en ese Liceo era re importante para mi, especialmente por la primera impresión que iba a dar a los demás. Y cuando mi mami me presentó a la Profesora Jefe del que iba a ser mi curso, la Profe me presentó a la Andrea. Por lo menos al entrar a la sala ya conocía a alguien.

Nos sentaron juntas y recuerdo que la forma de irme desbloqueando durante el día, fue viendo cómo la Andrea interactuaba con los demás, de una manera tan fluida. El resto del curso me cayó muy bien, me sentí feliz observando (claro que hubiera preferido ser invisible, para solo mirar), conocía como a dos compañeros que eran del colegio anterior, tb un alivio.

El día que me sentí por fín aceptada, fue cuando pude ganar una actividad del Aniversario del Colegio. Competían dos por curso y yo rogué por entrar. Era una clase de gincana (ni idea de cómo se escribe), donde ganaba el primero que se comiera un plátano, un huevo duro, limón de pica (muy ácido), un alfajor de pica (el alfajor mas seco del mundo), corriera al extremo de una cancha, se tomara una bebida y luego corriera de vuelta para sentarse. Simple.

Se inscribió tb por el curso, una niña que había ganado el año anterior. Por lo tanto yo no tenía barra. En fin, gané única y exclusivamente porque me comí el limón con cáscara (varios lo querían pelar).

Creo que ese fue el comienzo de mi integración.

Con el paso de los años, creo que no me di cuenta como fui cambiando tanto. Mis compañeras me ayudaban de vez en cuando con mi forma de caminar, en el recreo me obligaban a cruzar la sala con un palo de escoba en la espalda. Asi dejé de parecer troglodita.

En Educación Física, mi resistencia no era tan mala. Jamás pude superar a la Andrea. De vez en cuando corría en velocidad, 100 y 200 mt planos (con vallas jamás, sería invalida al día de hoy).
Solo una vez le gané y fue por un error.

Recuerdo que estábamos en el Estadio, yo para variar paviando. Y me llaman a correr, nosé porqué yo juraba que eran los 200 mt planos, y cuando dieron la partida, quedé de inmediato a la cabeza hecha "una goma" o "una bala". Al pasar los primeros 100 mt me di cuenta que iba sola, miré para atrás y corrían todos en grupo y lejos. Ahi supe que eran 400 mt planos. Pero yo ya tenía el ritmo demasiado acelerado para frenar y cambiar al ritmo de la vuelta completa.

Por lo tanto mantuve y después de los 200 mt se me hizo pesadísimo, naturalmente que el cansancio me hizo bajar la velocidad. Pero los últimos 100 metros fueron horrorosos. Me gritaban que no parara y mi corazón ya latía en mi garganta. Cuando crucé la meta me gritaban que caminara, caminé un par de pasos y solita me fui al suelo. Fui Record de 400 mt ese año.

Imposible que ganara de otra forma que no fuese por un error!

Asi pasaron los años. Entre recreos inolvidables donde hacíamos torneos de todo, entre disecciones en el Biólogo, entre aniversarios y fiestas a las que no fui. Recuerdo que la única vez que la Andrea se enojó conmigo fue cuando conté lo de un choque. Con unos compañeros chocamos en la Rotonda de la Mujer, la culpa fue de un colectivo que no respetó un pare. Lejos lo más adrenalínico que me había ocurrido en la vida, y la Andrea me había prohibio contarlo.

Pero cuando llegué a clases al día siguiente estaba nerviosa, no llegaba ninguno de los involucrados y yo no sabía si los habían pillado o detenido. Estaba atoradísima... conté, partí preguntando si alguien sabía algo de los niños.. el resto... historia.

El reto fue muy doloroso.

Mis mejores amigas en el Colegio fueron la Marcela B., la Viena y la Keren. En etapas e instancias completamente distintas.

Inolvidables las clases del Andaur (música) y de la Siminic (Artes Plásticas).

Debo haber sido la única que lloré en la graduación. Yo no quería salir del Liceo. Eso de tener que ser adulta me aterraba desde entonces. Y lo había pasado tan bien los últimos 5 años, para qué terminarlos?

En fin, estuve todo ese verano con depresión.

Luego de eso, mis peores años los viví entre los 18 (desde que perdí la virginidad, año 1994), hasta mi cumpleaños 25 (año 2001). Años que quisiera borrar de mi memoria.


Jamás pensé que vería a la gente del Liceo, el 2000 me encontré con la Andrea viviendo en Valpo, la fui a ver un par de veces.

Y este año, ha sido hermoso ver a varios de nuevo. Eso de enterarse "qué ha sido" de cada uno, es muy entretenido.

Desde ahi, que todo ha sido agradable. Especialmente compartir entre personas que conocen la base de tu personalidad. Independiente de cómo te haya tratado la vida, los ex compañeros de clase te conocen algo, eran horas compartiendo el mismo espacio, viviendo cosas similares.

Siento que no tengo que hacer un esfuerzo por agradarles.... da lo mismo. Con los hombres me siento muy cómoda, recuerdo haberlo escrito luego de la reunión de Marzo, los puedo abrazar y ser cariñosa sin sentir que ellos lo van a mal interpretar.

En fin si tuviera que definir mi relación con la Andy diría, que si bien nunca fuimos inseparables, ella fue como mi "hermana de colegio", siempre la he querido re harto. Me alegró de sobremanera verla feliz, con un hijo maravilloso, un hombre que la adora y con un trabajo que le gusta.

En la despedida me dijo que era siempre bien recibida en su casa.

No me atreví a decirle que ella era siempre bien recibida en mi corazón...

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