martes, 30 de enero de 2007

Atropello

Ayer casi me atropella un ciclista.

Debo decir que a diferencia de un auto, es como un casi atropello en mudo. Cuando es un auto, la frenada es un chillido espantoso que te deja el corazón por las nubes, huele a muerte o a cajón. Pero una bici... mmm no.

Ayer fue diferente, iba yo hablando por celular y no sabía que la ciclovía era doble via. Por lo tanto de casualidad alcancé a ver al ciclista frenando en pleno con cara de susto con "Mude" puesto. Yo también grité en Mudo y quedé helada. Ambos quedamos helados.

Claro! que nadie se muere atropellado por una bici, pero una se asusta igual.

Después del shock inicial le puse mi sonrisa Pepsodent, para que no me agarrara a chuchadas.

Entonces fue cuando me quedé pensando que siempre tengo la misma actitud, con todo y todos. Sonreir para evitar el conflicto, eso es! mi incapacidad de enfrentar el conflicto.

Es más, cuando escucho esa canción de los Prisioneros que dice "nunca quedas mal con nadie..." me siento pésimo, me siento super tocada, vergonzósamente tocada. Demonios!!!

No puedo reaccionar agresivamente cuando me "agreden" (valga la redun....), tiene que ser muuuucho para que algo me rebase (o rebalse). Si es mucho mucho, me desespero y lloro.... qué niñita!


Es como ser humillada, toda una vida con actitud de humillada.

Tal vez ya es tiempo de sacar mi carácter fuerte escondido. De sacar aquel dragón "lanza fuego" que llevo dentro. Llevo dentro?

Bueno, veremos la próxima vez que un ciclista tenga que frenar para no chocar con mi alegre humanidad, y yo no le sonría, sino que le heche ("h"?) la choriá por pajarón!


Si fuese toda choronga, es muy posible que no merecería un nombre tan dulce como Rocío. Jeje.

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