martes, 3 de julio de 2007

Felicidad efímera, memorable y ... dolorosa.

Sí, fui feliz el día de ayer, por varias razones. Especialmente porque me pasó de esas cosas que te generan un recuerdo imborrable.

ANDUVE POR PRIMERA VEZ EN MOTO...MANEJANDO.

A última hora, me colé en una ida a un cerro, con la familia de la hermana de mi Baby. El papá y el hijo de esa familia practican Moto en Duro (son de esas motos aaaltas), debo aclarar que el hijo de 9 años tiene una moto chiquita, lo suficiente para que una se suba y no alcance a hacer el ridículo.

Bueno, al final de la jornada me la prestó y salí a dar un par de vueltas. Me entusiasmé ... y mucho. Sentí el pelo al viento, libre. Sentí el aire de campo. Disfruté de la luz que se iba, entremedio de los espinos. Las subidas y bajadas. Disfruté de esa sensación de liviandad, de volar. Y la velocidad, sí la velocidad!!!!!

Quién lo diría? Cuando por fin mi corazón me dijo "suficiente de adrenalina!" me devolví, y quería rematar en el último montículo, aceleré con ganas, con suerte (pensé) salto con moto y todo.....como una postal. Volé, en la recta final.

Claro! no me acordé que despúes del montículo aquel venía una zanja transversal a pocos metros. No alcanzaba a dar el giro con la frenada respectiva. Solo vi la zanja, profunda.

Dios.

En ese momento, lo pisé y apreté todo. Freno de pie, cambios, freno de manos, las piernas.... TODO.

La Zanja o el suelo en barrida.
...

La niña de la farmacia no podía creer que con tremendo rasmillón en el brazo y las manos yo estuviese tan pero tan feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si señores, asi es piscisdragon..solo ella sabe disfrutar del trayecto entre el bordillo y el fondo cuando se arroja a una piscina sin saber si hay agua suficiente¡¡¡
ole¡¡¡
la próxima ponte casco, por favoooorrr¡¡¡ =)

Kitty