domingo, 13 de agosto de 2006

Lo que escribía hace 6 años atrás.......

"...Escribir a oscuras para lastimar mis ojos, y no dormir. Porque me da miedo despertar por las mañanas y encontrar otra vez mis uñas ensangrentadas y el pecho desgarrado por querer sacarte de mi."


"...Y se subió a la micro, como quién se sube a los sueños. Ella era un sueño.
No eran cabellos de ángel, ni de mar, ni rayos de sol. Solo eran cabellos que se enroscaban en su propia timidez de ser tan bellos, cobres.

Y en sus ojos, visitados por nostalgias dulces, se notaba la bondad infinita. Asi de bella, pura.

De pronto, un suspiro lánguido, parido...
¿Será que no te han sabido querer?"


"Sin Despedida.

Ignoro totalmente lo que hace que los párpados se abran por las mañanas sin horario. Tal vez un rayo de sol, un leve movimiento de aire, que nos dice que es imposible seguir durmiendo hasta medio día un sábado cualquiera.

Lo que ese Sábado me despertó con seguridad, fue tu aroma, porque es lo que sentí al abrir los ojos. Después me di cuenta que dormias hermosa con una mano en mi pecho y tu cabeza sobre mi hombro. No me quise ni mover para no desarmar tan perfecto paisaje. Te besé la frente, acaricié tu pelo, y te olí. Apreté mis brazos y me di cuenta que cabías entera en ellos. De tanto contemplarte me quedé dormida. Solo desperté en medio de un raund de besos tuyos, que me obligaba a levantar los párpados.

Exigiste desayuno, que más bien pareció almuerzo. Me encantó compartir contigo esa infinita tina, donde apenas cabía el agua con nosotras adentro. Luego me dijiste mil veces que me amabas, mil veces te abracé. Te aprovechaste y me tocaste entera, y si me quejé fue de regalona, porque me encantaba ese sentido de la propiedad que tenías con mi cuerpo.

En fin, el resto de ese Sábado (ese maldito Sábado), transcurrió cotidiano. De haber sabido que ese día era único en tu vida y la mia. Nunca te hubiese soltado el brazo al cruzar.

Que ibas a saber tu que por mirarme, jamás conocerías lo que sentí esa mañana al despertar."


"...De cómo dejar de amar......

Camino y nosé hacia dónde
con un corazón en la mano
corazón que estrujo
corazón que fue mio
corazón que quiero botar
y no puedo.

Lo arranqué sin pedir permiso
y lo hice mio pero ya no lo quiero
y nosé cómo se bota
el corazón robado,
nosé devolverlo tampoco.

Por eso camino sin saber dónde.
Su dueña lo debe estar buscando...
¡qué dolor!
¡maldigo mi mano que no suelta este peso
tormentoso, esta pesadilla infame!

Suelto y relajo lentamente mis dedos,
respirando, solo respirando,
a cada movimiento una lágrima
y cae suavemente a mis pies junto con mi llanto.

Ya no hay nada que hacer
sigo caminando con la tentación de volver la vista atrás

¿MIRO?"

"OTOÑO

Y ella hasta el último segundo se mantuvo aferrada, a pesar de los castigos que el viento le imponía.

Toda una vida esperando este momento, el más maravilloso y último. Tristemente agradecía la altura entre lo que habría sido su hogar y el suelo. Asi su vuelo sería más largo y disfrutablemente gracioso, volar...

Y en ese segundo en que aun se sostenía, se daba cuenta de que todo lo vivido se justificaba para disfrutar ese instante de dulzura, ella, solo ella y el aire.

Y después...nada. Ese era su fin y quería disfrutarlo al máximo. Era la última, su turno estaba entre ayer y mañana.

Ahora, es ahora!
No, no... había que esperar un viento más fuerte aun, que la hiciera viajar y ver lo nunca antes visto.

Y lejano y eterno, como un suspiro, sintió que venía, lo esperó cansada ya... y en el tiempo preciso, casi como en una partitura, se soltó a los brazos del amado.

Al hacerlo, recordó cada segundo en vida, suspiró y se elevó más allá de lo imaginado y en ese lleno de éxtasis se dió cuenta que nada se asemejaba a esto...era la eternidad misma.
¡qué gozo! ¡qué viaje!

Alma llena se vió a punto de tocar suelo y sonrió. Era plenamente feliz...y más.

Y una vez depositada casi como un susurro en el fin, se entregó a las manos de un extraño: Toma mi amor, te regalo una hoja de Otoño."

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