Viviendo con mi mamá nos cambiamos de casa 10 veces. Esto gracias a mi Papá que cuando abandonó a mi Mamá, se fue con su nueva mujer a la casa que era del matrimonio. Por estar atada a mi papá, mi mamá nunca pudo postular a una vivienda propia...fuimos condenados a arrendar de por vida.
Cuenta la historia que cuando nací vivíamos en La Puntilla, luego antes que les saliera la casa la FACH les pasó un departamento en Cavancha. Mi papá se fue a su casa nueva y a mi mamá la echaron del departamento. Ahí las amigas la ayudaron a cambiarse a La Puchuldiza. Yo tenía 4 años. Tres años después y conviviente nuevo y embarazo en curso, nos fuimos a una casa en Bulnes...en mi vida habia vistos tantas baratas juntas. Ahí estuvimos meses. Con hermano nuevo, nos fuimos a vivir a Rubén Donoso con Los Molles a cuidar la casa de una amiga que se iba al extranjero a hacer un postgrado, mi abuelo vivió con nosotros. Mi mami tenía 35 años, la edad que tengo hoy.
Los recuerdos más tristes y feos de mi infancia los tengo de la siguiente casa, la de Pedro Prado con Los Molles. Mi mamá quedó sola con 3 hijos y bien machucada, no se habla de eso. Nos fuimos de nuevo a La Puchuldiza, y eso lo recuerdo bien, porque tenía 13 años cuando tuve un evento poco agradable con mi papá, que había vuelto de vivir varios años en Santiago, y mi mamá me consoló en el living del un departamento de La Puchu. Luego nos fuimos a Patricio Lynch con Orella, decenas de ratones + guarenes. Después nos cambiamos a mi casa favorita, la de Libertad ...con Arturo Fernandez. esta casa es la que recuerdo más y donde vivimos por una gran cantidad de años, viviendo ahí mi hermana se fue de la casa y mi mamá se enfermó del corazón. Teníamos un tremendo patio y ahí estaba nuestro baño y el baño de los gatos de toda la cuadra. No crecía nada en ese patio, del patio vecino se asomaba un granado, fue a primera vez que comí fruta desde un árbol. Una vez de regreso del pan encontré una plantita Aloe vera botada en la calle con casi todas sus raíces, me la llevé para la casa y la planté al fondo del patio. Cuando nos fuimos de Libertad era enooorrrrme y tenía muchos hijitos.
Después volvimos a La Puchuldiza y ese fue mi último cambio de casa en familia. Ahí estuvimos en un primer piso y por fuera de las ventanas de las habitaciones plantamos Espárragos y Aloe vera traída de la casa anterior (fue la única forma de evitar que los autos estacionaran debajo de nuestras ventanas).
Una de las cosas que se me quedaron marcadas a través de los años, fueron las palabras de mi mamá con su respectiva carga emotiva diciendo "nos pidieron las casa, nos tenemos que cambiar en un mes". La dinámica era básicamente empezar a armar y llenar cajas, marcando por fuera el contenido. Lo más fácil eran los libros, lo más difícil, la cocina. El día de la mudanza se llenaba el camión o camioneta con los muebles grandes, luego las cajas y finalmente bolsas con ropa y las con el picadillo del suelo. En el destino no todo se desembalaba, eso se hacía según la necesidad. Famosa es la respuesta del papá de mi hermano, cuando mi mamá le pregunta en la casa nueva "..y dónde está el abrelatas?", a lo que él le respondió "...mira, yo creo que puede estar en una caja o en una bolsa!".
Aprendí que siempre se debe dejar el lugar mejor que como se recibió y que siempre es posible recuperar el mes de garantía.
Además mi mala costumbre de acumular cachureos creo que viene de la incapacidad que tengo de "dejar" cosas "...dejar algo que antes se tenía, y tomar en su lugar otra cosa.". El sentimiento de pertenencia o propiedad lo tengo algo averiado.
2 comentarios:
Discrepo.
Juntar, acumular desmedidamente, cachureos y cosas que "podrían servir", es algo que viene en tus genes, por el lado materno...
[Lo certifico yo, que aún guardo una tarjeta hecha a mano por cierta niñita...]
Bueno, lo acepto. Pero una cosa es ser cachurera y la otra coleccionista!!!!
(aún existen de "esas" tarjetas?)
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