La cosa se volvió rutina... agradable por cierto.
A las 7 am la Chani en pie lista y dispuesta para preparar a los sobrinos más grandes para el colegio. Escucho que se abriga, parte a la cocina, prepara una par de leches en tazón, va a las piezas, vuelve a la cocina por la colación del grande y el almuerzo de la del medio. Lo alista, se viste y parte a dejarlos en el auto.
Cuando ella se va a las 7:45 (el colegio está a 6 min aprox.), me levanto a hacer la mamadera del más chico que duerme con nosotras todos los días (del que recibo mini combos, sendas patadas y múltiples cariños varios, porque no duerme como momia). Le encajo la leche mientras parto a buscar la ropita que se va a poner (tiene 3 y 8 meses), cuando termina la leche juego un poquito para despertarlo y seguido lo tomo en brazos, lo llevo al baño y obligadamente lo hago hacer pipí. Llega su Tía chani. Después lo visto..lavado de dientes, cara, peinado, abrigo, más abrigo, colación, michila y me visto para ir a dejarlo con Tía Chani que maneja. En el Jardín entra contento y a las 8:30... todo un record.
Solo un par de veces lo he ido a buscar yo cuando sale a las 12:30 hrs. se pone feliz!
No estoy cuando llegan los grandes.
Cuando vuelvo a relevar a la Nena (por MariaElena) de los niños, empezamos con lo de tomar once o tareas... una de esas cosas ocurre. El Miércoles fuimos todos al cine a ver KungFuPanda II, les hice en la casa cabritas (palomitas de maíz), una bolsita para c/u y su Tía Chani les compró bebidas. Hoy fue la noche del Sushi y visitas.
La rutina de acostarse cuenta casi con la misma división de deberes, la Chani ve a los dos más grandes y por lo general el chico lo veo yo. Se portan de maravilla, pero cuando les toca tener video-chat con la madre queda la tole tole... la ansiedad y la tensión es demasiada y cualquier chispa puede encender el feroz incendio.
Este fin de semana es largo, por mi yo los llevaba a lugares que no han ido o suelen ir. Me gustaría que pudieran recordar estos 10 días para siempre marcándolos con una etiqueta... después cuando una se vuelve adulta lo único que recuerda de la infancia son "etiquetas" (tags en inglés). Yo aún recuerdo cuando toqué una vaca por primera vez, o cuando me subieron a un caballo, o cuando conocí la nieve y vi llover, cuando anduve en tren.
Tal vez ahí está la trascendencia del ser humano que no escapa nunca de la media (el que no fue famoso a los 18, ni a los 30, ni a los 60, etc), en el recuerdo que le deja a los demás...
...aunque solo se trate de niños prestados por 10 días.
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